Los pies de Lali
Alejandro llegó a casa después de un largo día de trabajo y encontró a Lali descansando en el sofá con los pies en alto.
Lali: Hola cariño, ¿cómo estuvo tu día?
Alejandro: Agotador como siempre, pero estoy feliz de estar en casa contigo.
Lali: (sonriendo) Me alegra escuchar eso. ¿Quieres masajear mis pies? Han estado cansados todo el día.
Alejandro: Por supuesto, mi amor. (se acerca y comienza a masajear sus pies con delicadeza)
Lali cierra los ojos y suspira de placer mientras Alejandro continúa el masaje, dedicándole toda su atención a sus pies.
Lali: (gimiendo suavemente) Eres un experto en esto, cariño.
Alejandro: (sonriendo) Solo quiero que estés cómoda y relajada.
Después de unos minutos, Alejandro cambió su técnica y comenzó a darle pequeños besos en los dedos de los pies de Lali.
Lali: (riendo) ¿Qué estás haciendo ahora?
Alejandro: Solo te estoy dando un poco de amor extra en tus pies, mi amor.
Lali: (suspirando) Me encanta cómo piensas en los detalles.
Alejandro: Siempre pensaré en ti y en cómo hacerte feliz, mi amor.
Lali: (sonriendo) Lo sé, y te agradezco por eso.
Alejandro: (sonriendo) Siempre estaré aquí para mimarte, mi amor. (comienza a masajear sus pies con cariño y habilidad)
Lali: (suspirando) Eso se siente tan bien, cariño. Gracias.
Alejandro: (acariciando suavemente su pie) No hay de qué, hermosa. Me encanta hacerte sentir bien.
Lali: (cerrando los ojos) Eres tan bueno en esto... Me hace sentir tan relajada y cómoda.
Alejandro: (besando sus pies) Me alegra que te guste, mi amor. Quiero hacerte sentir especial y amada.
Lali: (sonriendo) Siempre lo haces, Alejandro. Eres el mejor esposo que podría haber pedido.
Alejandro: (besando sus pies de nuevo) Y tú eres la mejor esposa que podría haber deseado. (pausa) ¿Te gustaría que continuara con un masaje en todo el cuerpo?
Lali: (abriendo los ojos) Me encantaría, pero ¿no estás cansado después de trabajar todo el día?
Alejandro: (sonriendo) Nada me hace más feliz que hacerte feliz, mi amor. Además, sé que tú has trabajado mucho en casa también. Déjame hacerte sentir bien.
Lali: (sonriendo) Eres un angelito, Alejandro. Gracias. (se acuesta en la cama mientras Alejandro se prepara para darle un masaje)
Alejandro: (riendo) No sé si tanto como un ángel, pero trato de ser un buen esposo. ¿Cómo estuvo tu día, mi amor?
Lali: (suspirando) Fue agotador. El trabajo me tuvo ocupada todo el día. Pero estoy feliz de estar en casa contigo ahora.
Alejandro: (acariciando suavemente sus pies) Entonces déjame aliviar un poco ese estrés con un buen masaje en tus pies. (comienza a masajear suavemente sus dedos de los pies)
Lali: (gimiendo de placer) Mmm, eso se siente increíble. Eres tan bueno en esto.
Alejandro: (sonriendo) Me alegra que te guste, mi amor. Me encanta hacerte sentir bien. (sigue masajeando sus pies)
Lali: (suspirando) Sabes, a veces me pregunto cómo lograste ser tan bueno en esto.
Alejandro: (riendo) No es ningún secreto, solo he tenido mucha práctica en los últimos 20 años. (sigue masajeando sus pies)
Lali: (riéndose) Tienes razón. No hay nada como la práctica para perfeccionar una habilidad.
Alejandro: (besando suavemente sus pies) Y no hay nada que disfrute más que hacerte sentir bien, mi amor. (continúa con el masaje)
Lali: (cerrando los ojos) Eres increíble, Alejandro. Realmente me haces sentir tan amada.
Alejandro: (acariciando suavemente su pierna) Y tú eres mi vida, mi amor. Siempre quiero hacerte sentir especial y amada. (continúa con el masaje)
Lali: (suspirando de felicidad) No podría pedir un mejor esposo. Eres mi todo.
Lali: (suspirando de placer) Lo haces, Alejandro. Siempre logras hacerme sentir tan bien. Tu toque es mágico.
Alejandro: (sonriendo) Me alegra oír eso, mi amor. (sus manos se deslizan hacia sus pies) ¿Te gustaría que te masajee los pies también?
Lali: (cerrando los ojos) Sí, por favor. Me encanta cuando me das masajes en los pies.
Alejandro: (tomando sus pies suavemente) Entonces déjame consentirte. (comienza a masajearlos suavemente, aplicando presión en los puntos de acupuntura) ¿Te gusta así, mi amor?
Lali: (gimiendo suavemente) Sí, así está perfecto. Eres tan bueno en esto.
Alejandro: (sonriendo) Me alegra oír eso. (comienza a lamer entre los dedos de sus pies) ¿Sabes qué es lo que más me gusta de hacerte masajes?
Lali: (gimiendo) Oh, Alejandro... sigues siendo tan bueno con tus labios. (acaricia su espalda mientras se besan)
Alejandro: (murmurando) Te amo, Lali. (baja hacia sus pies y comienza a besarlos y lamerlos suavemente)
Alejandro la acaricia con delicadeza mientras se desvisten mutuamente, explorando cada parte del cuerpo del otro con besos y caricias suaves. Lali gime y suspira de placer, sintiendo el amor y la pasión que su marido le transmite en cada gesto.
Comentarios
Publicar un comentario