Lorena y Juan prueban el placer con sus culos



Lorena y Juan habían sido amigos durante varios años. Se conocieron en el trabajo y rápidamente descubrieron que tenían muchos intereses en común. Sin embargo, Lorena siempre sintió una conexión especial con Juan que iba más allá de la amistad.


Una noche, después de tomar un par de copas juntos, Juan decidió dar el primer paso y le confesó a Lorena sus sentimientos. Para su sorpresa, ella también sentía lo mismo.


Después de esa noche, comenzaron a salir y su relación se intensificó rápidamente. Lorena se sentía tan cómoda con Juan que se abrió a él sobre sus fantasías más íntimas. 

Finalmente, después de una sesión de besos y caricias intensas, Juan introdujo con cuidado un dedo en el ano de Lorena. Ella gimió de placer y se sintió sorprendentemente cómoda. Luego, Juan añadió otro dedo y comenzó a hacer un movimiento suave y circular, Lorena se sentía en la cima


- Espera. Tu tambien tienes que probar esto.


Lorena tomó un poco de lubricante y comenzó a acariciar suavemente el ano de Juan con su dedo meñique. Él se estremeció un poco, pero se mantuvo relajado mientras Lorena lo preparaba cuidadosamente para la penetración. "¿Te duele?", preguntó Lorena con preocupación. "Un poco, pero no es tan malo como imaginaba", respondió Juan.


Con el tiempo, Lorena fue introduciendo poco a poco su dedo índice y luego el medio en el ano de Juan, mientras continuaba acariciando su pene con la otra mano. Juan experimentó una mezcla de dolor y placer que lo hizo sentir intensamente excitado. "Oh Dios mío, esto es increíble", dijo mientras se arqueaba de placer.


Lorena continuó estimulando su ano con sus dedos y movimientos circulares, hasta que sintió que estaba lo suficientemente relajado y listo para algo más grande. "¿Puedo intentar con un juguete?", preguntó con timidez. Juan asintió y Lorena tomó un consolador de tamaño adecuado y lo untó en lubricante antes de introducirlo cuidadosamente en su ano.

Juan se aferró con fuerza a las sábanas mientras Lorena comenzaba a mover el consolador lentamente dentro de él. Cada movimiento y sensación era nueva para él, pero no pudo evitar sentir una sensación de placer intenso que nunca antes había experimentado.


Lorena se movía con habilidad y suavidad, y Juan se sintió seguro y cómodo con ella. "¿Te gusta?" preguntó Lorena. Juan asintió, incapaz de hablar debido al placer que estaba sintiendo. "Quiero que te sientas cómodo y que disfrutes de esto", dijo Lorena mientras continuaba moviendo el consolador.


Después de un rato, Lorena decidió que era el momento de probar algo nuevo. Sacó el consolador y lo reemplazó con su propio dedo, lentamente acariciando el ano de Juan. Juan gimió, sintiendo un placer que nunca antes había experimentado.


Lorena continuó con su dedo durante un rato, experimentando con diferentes movimientos y ritmos hasta que sintió que Juan estaba listo para el siguiente nivel. Tomó un plug anal y lo lubricó antes de introducirlo suavemente en Juan. Juan jadeó, sintiendo la sensación de estar lleno mientras Lorena se movía con suavidad, acariciando suavemente su ano.


Lorena utilizó un dildo adecuado para la penetración anal en Juan, quien se dejó llevar por las sensaciones placenteras mientras Lorena lo estimulaba con el juguete.


"Esto se siente increíble", susurró Juan mientras Lorena continuaba moviendo el dildo con cuidado dentro de él. Lorena sonrió y acarició suavemente su espalda mientras seguía penetrándolo.


Después de unos minutos, Lorena decidió experimentar un poco más y agregó un segundo dedo a la penetración. Juan se estremeció de placer y suspiró. "Nunca había sentido algo así antes", dijo. "Me encanta cuando me haces esto".


Lorena continuó con los movimientos circulares y de vaivén, cada vez un poco más intensos, y Juan gimió de placer mientras se acercaba al clímax. Finalmente, llegó al orgasmo con un gemido y Lorena retiró con cuidado el dildo y los dedos.


"Mmm, eso fue increíble", dijo Juan mientras se relajaba en la cama. "Nunca había experimentado algo así antes. Gracias, Lorena".


Lorena sonrió y acarició suavemente su cabello. "Me alegra haber podido darte una experiencia nueva y placentera", dijo. "Siempre estoy dispuesta a experimentar contigo y encontrar nuevas formas de disfrutarnos mutuamente".

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