Isabella Capítulo 15: "Encuentro con Gabriela".

 


Isabella caminaba por la calle, absorta en sus pensamientos, cuando escuchó una voz conocida que la llamaba. "¡Isa!", gritó la persona. Isabella se giró y se sorprendió al ver a Gabriela acercándose a ella. Era su antiguo compañero de colegio, Gabriel, pero ahora había hecho la transición y se presentaba como Gabriela.


Isabella se quedó sin palabras por un momento, pero Gabriela la abrazó con fuerza y la besó en la mejilla. "¡Qué sorpresa encontrarte así! ¿Cómo estás, Isa?", preguntó Gabriela con una sonrisa.


Isabella sonrió a su amiga de la infancia, asombrada por lo bien que se veía Gabriela. Vestía un conjunto de pantalón y chaqueta que realzaba su figura y resaltaba sus rasgos femeninos. "Estoy bien, Gabriela. ¿Y tú? Te ves increíble", respondió Isabella con una sonrisa.


Gabriela agradeció el cumplido y le preguntó si podían ir a tomar un café y ponerse al día. Isabella aceptó de inmediato, feliz por volver a conectar con un viejo amigo.


Durante el café, Gabriela le contó a Isabella acerca de su transición y cómo se había convertido en Gabriela. Isabella escuchaba con atención y admiración por la valentía de Gabriela para ser fiel a sí misma y vivir la vida que siempre había querido. Gabriela también le preguntó sobre la vida amorosa de Isabella, pero Isabella se sintió incómoda al responder. No había tenido mucha suerte en el amor últimamente y no quería hablar de ello.



Isabella no podia dejar de observar sorprendida a Gabriela, quien lucía radiante y segura de sí misma. Notó que sus senos eran más grandes y su figura se había vuelto más curvilínea, pero aun así, no pudo evitar notar la presencia del gran bulto en su entrepierna, que parecía estar en armonía con su cuerpo.


Gabriela se acercó a ella con una sonrisa y la abrazó con fuerza. Isabella se sintió reconfortada por el abrazo, pero también se sentía un poco confundida por la situación. Sin embargo, Gabriela parecía tan segura de sí misma que Isabella no podía evitar sentirse atraída por ella.


"¿Dime la verdad, cómo estás, Isa?" dijo Gabriela, alejándose para mirarla a los ojos.


"Estoy bien, Gabriela. Me alegra verte", respondió Isabella, sonriendo tímidamente.


Gabriela la tomó del brazo y comenzaron a caminar juntas. Durante el camino, Gabriela le contó acerca de su transición y cómo se había sentido más cómoda y segura desde que se había aceptado a sí misma.


Isabella se sintió impresionada por la valentía de Gabriela y se dio cuenta de que se estaba sintiendo cada vez más atraída por ella. Sin embargo, no estaba segura de cómo manejar sus sentimientos, ya que nunca había estado con una persona trans antes.


A medida que avanzaban, Gabriela se detuvo y se giró hacia ella. "Isa, tengo que confesarte algo", dijo, nerviosa.


Isabella la miró con atención, preguntándose qué podría ser tan importante.


"Siempre te he encontrado muy atractiva, incluso cuando éramos compañeros de colegio", confesó Gabriela, sonrojándose.


Isabella se quedó sin habla, pero en su interior, una llama se encendió. No sabía cómo manejar la situación, pero lo que sí sabía era que se sentía atraída por Gabriela y quería explorar lo que había entre ellas.


"Yo también te encontré atractiva en aquel entonces", dijo Isabella, sonriendo tímidamente.


Gabriela se acercó a ella y le dio un beso suave en los labios. Isabella se dejó llevar por el momento, sintiendo cómo la pasión y el deseo comenzaban a arder en su interior. Se sentía segura con Gabriela, y eso era algo nuevo y emocionante para ella.



Isabella y Gabriela continuaron hablando durante horas, recordando viejos tiempos y compartiendo sus historias. A medida que la noche avanzaba, la tensión sexual entre ellas se hizo más evidente. Isabella no pudo evitar notar la belleza de Gabriela, con sus labios suaves y su cuerpo curvilíneo. Gabriela, por su parte, no podía dejar de mirar los ojos de Isabella y sentirse atraída por su encanto y feminidad.


Finalmente, Gabriela se acercó a Isabella y la besó con pasión. Isabella respondió con ansias, sintiendo cómo su cuerpo se derretía en las manos de Gabriela. Después de un rato, Gabriela se separó de ella y le susurró al oído: "Isa, tengo que decirte algo. Sabes que soy transexual. Me he operado los senos, pero todavía tengo mi pene". Algo que era inocultable por la tremenda ereccion que practicamente salia de su ropa.


Isabella se hizo la sorprendida al principio, pero después de pensar en ello, decidió que no importaba. Ella estaba enamorada de Gabriela, no de sus genitales. Continuaron besándose y tocándose, explorando el cuerpo del otro con cariño y sensualidad. 


Isabella sintió cómo Gabriela la penetraba por detrás, suavemente, pero con firmeza. La sensación de estar unida de esa manera era increíblemente intensa, y Isabella no podía evitar gemir de placer. A pesar de que no era la primera vez que experimentaba el sexo anal, nunca antes había sentido algo tan sublime.


Gabriela, con su pene erecto, se movía con cuidado y determinación, como si estuviera llevando a Isabella a un lugar sagrado. Isabella se aferraba a la almohada, arqueando la espalda y sintiendo cómo el placer la inundaba por completo. Era como si Gabriela la conociera por dentro y supiera exactamente cómo hacerla sentir bien.


Finalmente, el orgasmo llegó, envolviendo a Isabella en una oleada de éxtasis. Gabriela la sostuvo con ternura mientras ella se recuperaba, sintiéndose agradecida y llena de amor. No importaba lo que el futuro les deparara, sabía que siempre recordaría ese momento como uno de los más hermosos de su vida.



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