Ana y Mavi hacen un 69

 


Ana suspiró y se dejó caer en el sofá. "Me siento mal por Diego", dijo con tristeza. "Creo que realmente lo lastimamos al excluirlo así".


Maria Victoria se sentó a su lado y le acarició el cabello. "Lo sé", dijo con suavidad. "Pero al mismo tiempo, entiendo por qué Samantha tomó esa decisión. Diego ha sido bastante insistente y no parece entender las señales de que ella no está interesada".


Ana asintió. "Sí, lo sé. Pero todavía me siento mal por él. No puedo evitar preguntarme si hay algo que podríamos haber hecho diferente".


Maria Victoria le dio un abrazo reconfortante. "No te preocupes, Ana. Diego es un hombre adulto y puede cuidar de sí mismo. Y tal vez esto sea una lección para él de que no todas las mujeres están interesadas en tener relaciones sexuales con él".


Ana sonrió débilmente. "Supongo que tienes razón. De todas formas, espero que Samantha y Diego puedan resolver sus diferencias y encontrar una forma de seguir adelante juntos".

Ana asintió con la cabeza, pero sus ojos seguían llenos de tristeza. "Solo espero que todo salga bien para él".


María Victoria sonrió con dulzura. "No te preocupes, Ana. Todo va a estar bien. Ahora dime, ¿qué quieres hacer para distraerte?"


Ana sonrió débilmente. "No lo sé, tal vez podamos ver una película o hablar sobre cualquier cosa que no tenga nada que ver con lo que está sucediendo aquí".


María Victoria asintió con entusiasmo. "¡Genial! Tengo algunas películas en mi computadora que podemos ver. ¿Qué tipo de película te gusta?"

Ana dice "nunca he visto porno... pero siento curiosidad". 

Ana y Maria Victoria se miraron y sonrieron cómplices. Aunque nunca habían visto porno, no les parecía una idea descabellada.


"¿Por qué no?", dijo Maria Victoria encogiéndose de hombros. "Podemos ver juntas".


Ana se acercó a ella y le dio un beso suave en los labios. "Me encanta la idea", susurró.


Las dos mujeres se acomodaron en el sofá y comenzaron a buscar videos en línea. Se sentían un poco nerviosas, pero también emocionadas por la experiencia que estaban a punto de tener juntas.


Finalmente, encontraron un video que les llamó la atención y lo pusieron en la pantalla. Las dos mujeres se miraron a los ojos y empezaron a verlo con atención.


Durante los primeros minutos, ambas se sentían un poco incómodas, pero poco a poco comenzaron a relajarse y a disfrutar del espectáculo. Se tocaban suavemente mientras miraban, explorando los cuerpos de la otra con sus dedos.


El video que habían elegido era suave y sensual, mostrando parejas besándose y acariciándose con delicadeza. Ana y Maria Victoria se miraban a los ojos y se sonreían, sabiendo que estaban compartiendo algo especial.


Después de unos minutos, el video terminó y ambas se miraron, sonriendo. Se sentían aún más conectadas que antes, habiendo compartido algo tan íntimo juntas.


"¿Qué te pareció?", preguntó Maria Victoria.


Ana suspiró y la besó de nuevo. "Me encantó", dijo. "¡Deberíamos hacer esto más a menudo!"

Ana se acerca a María Victoria y la toma suavemente del rostro, acariciándole la mejilla con sus dedos. Luego, la besa con pasión, explorando su boca con su lengua. María Victoria responde al beso, intensificando la pasión.


Después de un rato, Ana se separa y sonríe con ternura a su amante. "Me encanta besarte", dice.


María Victoria le devuelve la sonrisa. "A mí también me encanta besarte", responde.


Ambas se abrazan y se besan de nuevo, disfrutando del calor del otro cuerpo y del sabor de los labios de su amante. Después de un tiempo, se separan y se acuestan en la cama, abrazadas.

Ana y Maria Victoria seguían besándose apasionadamente, sus lenguas entrelazadas en un baile erótico. Sus cuerpos estaban muy cerca, pero no se desvestían más allá de la cintura. La pasión se intensificaba con cada beso y caricia.

Ana deslizó sus manos por la espalda de Maria Victoria y la atrajo hacia ella con fuerza, mientras seguían besándose con pasión. Maria Victoria respondió con un gemido suave y dejó caer sus manos a los lados de Ana.

La tensión sexual entre las dos mujeres era palpable, y sus cuerpos se movían juntos en un ritmo sensual. Ana se mordió el labio inferior y suspiró, incapaz de resistirse al deseo que sentía por su amante.

Maria Victoria la miró con una sonrisa lujuriosa en los labios y la besó de nuevo, esta vez con aún más intensidad. Ana se rindió a la pasión, entregándose por completo a la experiencia.

Finalmente, las dos mujeres se separaron, sus rostros rojos y sus alientos entrecortados. Se miraron a los ojos con una mezcla de lujuria y cariño, sabiendo que habían compartido un momento íntimo y especial.

"No necesitamos porno", dijo Maria Victoria con una sonrisa pícara en los labios. "Nos tenemos la una a la otra".

Ana sonrió de vuelta, sintiéndose completamente satisfecha. "Sí, tienes razón", respondió. "No necesitamos nada más".

Lentamente, Ana desabrochó el sujetador de María Victoria, dejando al descubierto sus pechos firmes y redondos. María Victoria, a su vez, deslizó las manos por debajo de la camiseta de Ana, acariciando suavemente su abdomen y pechos.

Los besos se volvieron más intensos y apasionados, mientras exploraban cada rincón de la boca de la otra. Ana deslizó sus manos hacia abajo, acariciando los muslos de María Victoria, mientras esta se arqueaba de placer. Luego, María Victoria se tumbó sobre la cama, invitando a Ana a unirse a ella. 


Mavi separó sus labios de los de Ana para bajar por su cuello, dejando suaves besos en su camino. Luego se detuvo en el escote de Ana, tomando uno de sus pezones entre sus labios mientras lo acariciaba con su lengua.

Ana dejó escapar un suspiro de placer mientras Mavi continuaba con su suave y sensual tortura. Mavi se movió hacia el otro pezón, asegurándose de no dejar ninguna parte del cuerpo de Ana sin ser explorada y amada.

Mavi y Ana se abrazaron con ternura, acariciando sus cuerpos desnudos. Mavi tomó la mano de Ana y la llevó hacia su boca, besando y lamiendo cada dedo con pasión. 

- Eres tan hermosa - susurró Mavi mientras besaba el cuello de Ana. 

- Y tú eres increíble - respondió Ana, acariciando su cabello. 

Mavi llevó a Ana hacia la cama y la hizo recostarse suavemente. Luego se colocó entre sus piernas y comenzó a besar y lamer sus muslos, acercándose cada vez más a su centro. 

- Me encanta darte placer - susurró Mavi mientras continuaba con sus caricias. 

- Y yo adoro recibirlo de ti - respondió Ana con una sonrisa, sintiendo el placer recorrer su cuerpo. 

Mavi se acercó más y comenzó a estimular su clítoris con su lengua, moviéndose con habilidad y experiencia. Ana gimió de placer, sintiendo cómo su cuerpo se tensaba y se preparaba para el orgasmo. 

- Mavi, no puedo aguantar más - dijo Ana con voz entrecortada. 

- Déjate ir, mi amor - respondió Mavi, intensificando sus caricias. 

Ana suspiró de placer mientras Mavi seguía estimulando su clítoris con su lengua. "Lo haces tan bien, mi amor", dijo Ana con voz ronca. "Quiero hacerte sentir lo mismo", añadió, deslizando su mano hacia los glúteos de Mavi. Comenzó a acariciarlos suavemente, disfrutando del tacto suave y de la textura de su piel.

Mavi se estremeció al sentir las caricias de Ana, y se separó un poco para darle acceso a su trasero. Ana sonrió y se acercó, acariciando los glúteos de Mavi y luego deslizando su mano hacia su ano. Lo acarició suavemente, y Mavi se estremeció de placer. "Me encanta hacerte sentir bien, mi amor", dijo Mavi con voz suave. "Lo haces tan bien", susurró Ana mientras comenzaba a estimular suavemente su ano con un dedo.

Mavi gimió suavemente mientras Ana seguía estimulándola, moviendo su dedo dentro y fuera de su ano. "Eso se siente tan bien", murmuró Mavi, mientras movía sus caderas hacia arriba para encontrarse con los movimientos de Ana.


Mavi dejó escapar un gemido suave, disfrutando de las caricias de Ana en su ano mientras seguía estimulando su clítoris con su lengua. "Sí, así, sigue así", susurró Mavi, sintiendo como la excitación crecía en su cuerpo.

Ana siguió estimulando suavemente su ano con un dedo, sintiendo como Mavi se relajaba y se entregaba al placer. "Me encanta hacerte sentir bien, mi amor", dijo Ana con voz suave, sintiendo el amor y la pasión que compartían en ese momento.

Mavi asintió con la cabeza, incapaz de articular palabra ante el placer que sentía. Ana continuó estimulando suavemente su ano con el dedo, mientras que Mavi seguía moviendo su lengua con habilidad sobre su clítoris, llevándola cada vez más cerca del orgasmo.

"Te amo, Mavi", susurró Ana mientras aumentaba la intensidad de las caricias en su ano. Mavi gimió de placer, sintiendo como el orgasmo se acercaba rápidamente. "Te amo más, Ana", respondió Mavi con voz entrecortada, entregándose al placer que la embargaba.

Finalmente, el orgasmo llegó para ambas, inundándolas de una intensa sensación de placer y amor. Se abrazaron con fuerza, sintiendo la cercanía y la conexión que compartían en ese momento.




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