Alejandra ya no es Alejandro - 3 -

 


Claudio se sienta a la mesa con Mavi y Alejandra, mientras preparan el desayuno juntos. Nota la expresión de felicidad en el rostro de su amiga y no puede evitar preguntarle:

Oye Ale, ¿qué pasó anoche? Pareces muy contenta.
Alejandra sonríe tímidamente y juega con su comida por un momento antes de responder.

Pues... pasó algo especial con Diego -dice finalmente.
Mavi, quien ha estado prestando atención en silencio, levanta las cejas con sorpresa.

¿Qué pasó? Cuéntanos todo -dice ella, emocionada.
Alejandra mira a Claudio, preguntándose si debería contarle todo. Finalmente, decide hacerlo.

Bueno, exploramos nuestros cuerpos juntos... de una manera más íntima -dice, sonrojándose.
Claudio sonríe, entendiendo perfectamente lo que quiere decir.

Wow, eso suena genial. ¿Cómo se sintió? -pregunta él.

Fue increíble. Nos conectamos de una manera que nunca había sentido antes -responde Alejandra, con una mirada de nostalgia en sus ojos.

Los tres amigos siguen hablando durante el desayuno, compartiendo historias y riendo juntos. Pero a pesar de la diversión, Alejandra sigue pensando en Diego y en lo que siente por él.

"Más que increíble, eso sonó como una noche muy caliente", bromea Claudio, mientras le guiña un ojo a Alejandra.

Mavi ríe y luego pregunta: "¿Cómo te sientes ahora? ¿Algo ha cambiado para ti?"

Alejandra se toma un momento para reflexionar antes de responder: "Sí, definitivamente siento que hay una conexión más profunda entre nosotros. Y no solo físicamente, sino también emocionalmente. Fue una experiencia muy intensa y significativa para mí".

Claudio asiente con aprobación y Mavi sonríe: "Eso suena increíble, me alegro mucho por ti".

 Después de hablar con sus amigos, Alejandra se dirige al baño para darse una ducha. El agua caliente la envuelve y siente como el cansancio y la tensión se van de su cuerpo. Cierra los ojos y deja que su mente vuele hacia la noche anterior, recordando cada momento con Diego.

De repente, una idea traviesa cruza por su mente. Se muerde el labio inferior mientras comienza a acariciarse los pezones, recordando la sensación de los labios de Diego sobre su piel. Suspira mientras su mano viaja hacia su entrepierna, y comienza a estimularse suavemente.

La imagen de Diego penetrandola con fuerza mientras gemía su nombre hace que su respiración se acelere y su cuerpo se tensa en anticipación. Siente que está a punto de alcanzar el clímax cuando se detiene, queriendo guardar esa energía para la próxima vez que esté con él.

Se enjabona suavemente, pensando en cómo será la siguiente vez con Diego, y se ríe sola al imaginar la expresión en el rostro de Claudio si supiera lo que estaba pensando. Termina la ducha con una sonrisa en el rostro, lista para enfrentar el día.

Alejandra se recostó en la camilla y dejó que Susy comenzara a depilar su cuerpo con cera caliente. A pesar del dolor, Alejandra se sentía relajada y cómoda, disfrutando del cuidado y atención que estaba recibiendo.

¿Vas a alguna parte especial hoy? -preguntó Susy mientras depilaba la zona del bikini.

Sí, tengo una cena importante esta noche -respondió Alejandra, sonriendo ante la sensación de suavidad en su piel recién depilada.

¡Qué emocionante! -exclamó Susy-. ¡Seguro que vas a lucir espectacular con este cuerpo suave y brillante!

Después de la depilación, Susy procedió a hacerle una manicura y pedicura, cuidando cada detalle y asegurándose de que Alejandra se sintiera completamente relajada y mimada.

Cuando Alejandra salió del salón, se sentía como una diosa. Su piel estaba suave y libre de vello, sus uñas lucían impecables y su cabello estaba perfectamente peinado y brillante. Se sentía lista para cualquier cosa que la vida le trajera.

Alejandra llegó al estudio de yoga y se unió a la clase junto con las otras chicas. Se centró en su práctica, tratando de dejar de lado sus pensamientos lascivos, pero no podía evitar mirar a las otras chicas de vez en cuando. Aunque sabía que solo era fantasía, se sentía mal por tener esos pensamientos mientras estaba en una relación con Diego.

Alejandra intentó concentrarse en su práctica de yoga y alejar esos pensamientos, pero le resultaba difícil. A medida que las otras chicas realizaban las poses, su mente se desviaba y se imaginaba acariciando sus cuerpos suaves y tonificados. Trató de recordar lo afortunada que era de tener a Diego en su vida, pero incluso él se deslizaba en sus fantasías.

Finalmente, la clase terminó y Alejandra se sintió aliviada de poder alejarse de esas fantasías por un tiempo. Se dirigió al vestuario y se cambió en la privacidad de una cabina. Cuando salió, notó a una de las chicas de la clase, que se llamaba Lucía, cambiándose en el otro extremo de la habitación.

Alejandra no pudo evitar observarla furtivamente. Lucía tenía una figura impresionante y unas piernas largas y esbeltas que parecían interminables. Alejandra se mordió el labio mientras se imaginaba acariciando suavemente esas piernas y besando sus labios.

De repente, Lucía se volteó y las miradas de las dos mujeres se encontraron. Alejandra sintió que el corazón le latía con fuerza mientras intentaba parecer casual y alejarse.

"¿Te gustó la clase?" preguntó Lucía con una sonrisa amable.

"¡Sí, estuvo genial! Me encantó", respondió Alejandra, sintiendo que su rostro se sonrojaba.

"¿Te gustaría hacer yoga juntas la próxima vez?"

Alejandra no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Estaba insinuando algo más? Trató de mantener la calma mientras respondía: "¡Sí, me encantaría! Sería divertido hacerlo juntas".

Lucía asintió y se despidió con una sonrisa. Alejandra se sintió emocionada y un poco nerviosa por lo que podría suceder en la próxima clase de yoga. Sabía que tenía que ser fiel a Diego, pero no podía evitar sentirse atraída por otras mujeres.

*** 

Alejandra vuelve a casa y revisa su teléfono, encontrando varios mensajes de Diego. En el primer mensaje, él le dice que la extraña y le pregunta cómo le fue en el salón de belleza. En el segundo, le dice que ha preparado una cena especial para ellos y que la espera en casa. En el tercero, le envía un emoji de corazón y le dice que la ama.

Alejandra sonríe al leer los mensajes y se siente feliz de tener a Diego en su vida. Se apresura a responderle, diciéndole que también lo extraña y que la depilación estuvo bien. Le agradece por la cena especial y le dice que se está cambiando para ir a casa. Termina el mensaje con un emoji de beso y un "te amo".

Después de vestirse con un vestido elegante, se dirige a casa de Diego, emocionada por la cena especial que él ha preparado. Al llegar, encuentra la mesa decorada con velas y flores, y una deliciosa cena ya servida. Diego la recibe con un abrazo y un beso apasionado, haciéndola sentir especial y amada.

Durante la cena, conversan sobre su día y sus planes para el futuro. Se ríen y disfrutan de la comida, mientras comparten momentos de intimidad y conexión. Después de la cena, se sientan en el sofá, abrazados y disfrutando del momento.

Diego le dice a Alejandra que quiere hacerle un masaje, para ayudarla a relajarse después de un día agotador. Ella acepta, emocionada por la idea. Diego la lleva a la habitación y comienza a masajear su cuerpo, con movimientos lentos y suaves. Alejandra se siente relajada y feliz, disfrutando del toque de Diego y del momento de intimidad que están compartiendo.

Diego la lleva a la habitación y comienza a masajear su cuerpo suavemente, sintiendo cada curva y relieve de su piel. Las manos expertas de Diego recorren su espalda, cuello y hombros, relajando cada músculo tenso que encuentran a su paso.

Alejandra cierra los ojos y suspira de placer, sintiendo la tensión acumulada en su cuerpo disolverse con cada movimiento de las manos de Diego. Él se detiene en su cintura, acariciando suavemente la piel desnuda y curvilínea.

-¿Te gusta el masaje, mi amor?- pregunta Diego con voz suave.

-Me encanta- responde Alejandra, gimiendo ligeramente cuando las manos de Diego se deslizan hacia sus muslos, acariciándolos con ternura.

Diego se sienta a los pies de la cama y le hace una seña a Alejandra para que se siente frente a él. Le toma las manos y las acaricia suavemente, mirándola a los ojos.

-Te amo, Alejandra- dice con voz firme.

-Y yo te amo, Diego- responde ella, sonriendo dulcemente.

Diego la besa suavemente en los labios, saboreando su dulzura mientras sus manos comienzan a explorar su cuerpo de nuevo. Alejandra se deja llevar por el placer, entregándose completamente a las caricias de su amado.

Diego continuó con el masaje, concentrándose en las piernas de Alejandra, masajeando cada músculo y deslizando sus manos hacia arriba hasta llegar a sus muslos. Lentamente, separó las piernas de Alejandra, abriendo suavemente sus muslos mientras continuaba con el masaje.

Alejandra se dejó llevar por las sensaciones, disfrutando del toque experto de Diego en su piel. Cerró los ojos y suspiró suavemente, dejando que el placer la envolviera.

Diego se inclinó hacia adelante y comenzó a besar suavemente la parte interna de los muslos de Alejandra, moviendo sus labios hacia arriba hasta llegar a sus nalgas. Con suavidad, separó las nalgas de Alejandra, exponiendo su ano.

Alejandra se estremeció ante la sensación, pero en lugar de sentirse incómoda, se sintió llena de anticipación. Diego continuó besando suavemente alrededor de su ano, sin presionar demasiado.

Finalmente, Diego se detuvo y le susurró al oído a Alejandra: "¿Estás lista?".

"Sí, estoy bien", responde ella, sonriendo nerviosamente. "Solo estoy un poco nerviosa".

Diego le acaricia el cabello y le susurra al oído: "No tienes que estar nerviosa. Estoy aquí contigo y te cuidaré. Si en algún momento sientes que algo no está bien, solo dímelo y detendré todo".

Alejandra se siente reconfortada por las palabras de Diego y asiente con la cabeza. Él continúa acariciando suavemente su espalda y sus muslos, haciéndola sentir relajada y segura. 

Luego, Diego se detiene y le pide que se dé la vuelta, quedando boca arriba. Alejandra obedece y se acomoda en la cama, con los muslos abiertos. Diego la mira con adoración y comienza a acariciar sus muslos, subiendo lentamente hacia su entrepierna.

"Puedo sentir tu calor", murmura Diego mientras acaricia suavemente el área alrededor de su ano. "¿Estás lista para esto?".

Alejandra asiente, y Diego le da un suave beso en los labios antes de bajar hacia su entrepierna. Con habilidad, comienza a lamer suavemente alrededor de su ano, acariciando suavemente con la lengua para estimularla.

"Oh, Dios mío", jadea Alejandra, sintiendo una ola de placer recorrer su cuerpo. "Eso se siente tan bien".

Diego sonríe y continúa lamiendo, moviendo su lengua alrededor de su ano y aplicando un poco de presión para dilatarlo. Luego, inserta suavemente un dedo en su ano, haciendo que Alejandra gima de placer.

"¿Te sientes bien?", pregunta Diego, su voz suave y dulce.

"Sí, sí, me siento muy bien", responde Alejandra, gimiendo suavemente cuando siente que Diego agrega otro dedo.

Diego continúa acariciándola suavemente mientras la dilata, asegurándose de no causarle dolor. Luego, con un poco de lubricante, se prepara para la penetración.

"¿Estás lista?", pregunta Diego suavemente, y Alejandra asiente con la cabeza.

Con cuidado, Diego se coloca entre sus piernas y lentamente comienza a penetrarla, sintiendo el calor y la humedad envolverlo. Ambos gimen de placer mientras se mueve, sintiendo una conexión intensa y amorosa.

"Te amo", murmura Diego mientras se mueve dentro de ella.

"Te amo también", responde Alejandra, su voz suave y cálida.

Juntos, continúan moviéndose, sumergiéndose en el placer del amor y la pasión.

Alejandra siente un escalofrío recorrer su cuerpo cuando escucha esas palabras. "Te amo también", responde ella con una voz entrecortada.

Diego comienza a moverse dentro de ella con más intensidad, y Alejandra siente como su cuerpo empieza a temblar con cada embestida. Cada vez que él la penetra, siente un placer intenso recorrer su cuerpo, y sus gemidos se vuelven más fuertes y frenéticos.

Diego sigue moviéndose con un ritmo constante, y Alejandra siente que está a punto de llegar al clímax. Cierra los ojos y se deja llevar por la sensación de placer que la inunda por completo.

De repente, siente como Diego se detiene y se queda quieto dentro de ella. "¿Estás bien?", pregunta él, preocupado.

"Sí, estoy bien", responde Alejandra con una sonrisa. "Solo necesito un momento".

Diego la besa suavemente en el cuello mientras acaricia su cuerpo con ternura. "Te amo", murmura de nuevo.

Alejandra se siente amada y deseada, y se da cuenta de que esta noche ha sido una de las más increíbles de su vida. Con Diego a su lado, sabe que puede explorar su sexualidad y su feminidad sin miedo ni prejuicios.

Se acomoda en la cama y se abraza a él, sintiendo su piel suave y cálida contra la suya. Juntos se quedan en silencio, disfrutando del momento y de la intimidad que han creado.

Después de unos minutos, Diego se levanta y va al baño. Alejandra se queda acostada en la cama, pensando en lo increíble que ha sido esta noche. Se siente feliz y completa, y sabe que esta es solo la primera de muchas noches que compartirá con Diego.
"¿Qué te parece si ahora te toca a ti?" sugirió Alejandra, mientras acariciaba suavemente el cuerpo de Diego.

Él se sorprendió, pero también se sintió emocionado ante la idea. "Me encantaría" respondió, sonriendo.

Alejandra tomó un pequeño juguete sexual de la mesa de noche y lo acercó al ano de Diego, mientras lo estimulaba con sus dedos. Él cerró los ojos y se dejó llevar por las sensaciones.

Luego de unos minutos, Alejandra se aseguró de que él estuviera bien lubricado y liso para la penetración. 

Diego gimió de placer cuando sintió la entrada de Alejandra. "¡Oh, sí!" exclamó. "Sigue así, cariño". Alejandra se movió lentamente al principio, disfrutando del sentir de Diego dentro de ella. Pero luego empezó a aumentar el ritmo, moviéndose más rápido y más fuerte.

"¡Dios mío, esto es increíble!" gritó Diego mientras apoyaba las manos en la cama y levantaba las caderas para encontrarse con los embistes de Alejandra. "No puedo creer lo increíble que se siente esto". Los gemidos de placer de Diego llenaron la habitación mientras Alejandra continuaba moviéndose rítmicamente.

Después de varios minutos de penetración, Alejandra se detuvo y se echó hacia atrás en la cama, permitiendo a Diego tomar el control. Con un gemido, Diego empezó a moverse, embistiendo con fuerza y ​​velocidad mientras Alejandra lo sostenía firmemente.

Finalmente, llegaron juntos al clímax, gritando y gimiendo de placer mientras se abrazaban apasionadamente. "Te amo, Alejandra", dijo Diego mientras recuperaba el aliento. "Te amo con todo mi corazón".


Después de unos momentos de silencio, Alejandra acarició suavemente el rostro de Diego y dijo: "Te amo tanto, Diego. Eres el hombre más maravilloso que he conocido".

Diego sonrió, sintiendo los chorros de semen que salian de su culo, y la abrazó con fuerza. "También te amo, mi amor. Nunca pensé que encontraría a alguien como tú. Eres mi todo".

Se miraron a los ojos durante unos momentos más, sintiendo la conexión profunda que habían creado juntos. Luego, se besaron suavemente y se durmieron en los brazos del otro, sintiendo la felicidad y la satisfacción de estar juntos.

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