La dieta / Parte 2
Bueno como siempre pasa cuando las cosas van para mejor, siempre algo las estropea o si lo vemos con otra cara las mejora aun más a la larga.
Pues así fue, un día sin darme cuenta al ir a la oficina de mi mujer, la que me esperaba en la puerta del edificio, a la vista ambos nos saludamos y sin mediar aviso, Francisca saltó encima de mí, me abrazó y me dio un gran beso, por su puesto mi señora nos vio y apresuradamente vino a mi encuentro con una cara que ni se las cuento, venia toda la artillería apuntando, con bandera roja pero roja y a punto de disparar todo arsenal nuclear que tenia el mundo, mi mujer es celosísima a rabiar, antes de que pudiese sacarme a Francisca de encima y avisarle, mi señora ya esta al lado nuestro, por suerte Francisca se dio cuenta y tomo la palabra diciendo que era un gusto de verme, que hacia años que no me veía, que su familia se acordaban siempre. Sin perder tiempo le presenté a mi señora y después de un rato y muchísimas disculpas mi señora se calmó, lo que nos permitió conversar con tranquilidad y apagar las cosas. Por supuesto después en casa, la cosa retoma vuelo, lo que terminó en pelea y nada de nada.
Al día siguiente mi mujer de celos fue a ver a Francisca al Café y decirle las mil cosas que pensaba, yo sin saber nada. Mi mayor sorpresa fue cuando al pasar a buscar a Francisca esta ya se había ido, la llamé al celular y estaba apagados, así que me fui a casa. Mayor sorpresa, estaban ambas conversando como si fuesen amigas de años, y mi hijo jugaba con su hija feliz (principio de caos). Por supuesto esto se produjo reiteradas veces e incluso muchos fines de semana salíamos fuera de la ciudad todos juntos y nos alojábamos también juntos.
Bueno en una de estas salidas, todo se solucionó, el sol brillo, la familia creció, y lo mejor fue que a mi mujer subió de cargo y se estabilizó mejorando sueldo y proyecciones, a mí también, ahora soy gerente de un área de la empresa, Francisca, ingresó a mi empresa y trabaja conmigo, bajo mi supervisión.
De los cafés, ahora somos dueños de 2 de ellos, los que agrandamos, nuestros hijos van juntos al colegio, nos cambiamos del departamento a una casa de sobre 180 mt2 para dar cabida a todos con un patio de miedo, tenemos toda una manzana. Y por su puesto el sexo también, ahora todo es perfecto.
En una de estas salidas a la playa, ya de noche, yo con mi señora empezamos a tener sexo y ....
de repente mis piernas tocaron las piernas de Francisca que muy sutilmente había ingresado a la habitación y se había arrimado a nuestro lado sin darnos cuenta, su mano sobre mi muslo y los de mi mujer que seguía encima de mí más entusiasmada que antes, sentía el calor de su palma en mi pierna, y la sensación era tal que entre pánico y calentura termine explotando dentro de mi señora violentamente ambos a la vez. Todos nos vimos con cara sonriente.
Francisca se animó y comenzó a tocarme las piernas más fuerte, yo hice lo mismo pero me dediqué mas a tocar sus pezones principalmente el izquierdo el cual estaba durísimo, sentía su mano subir por entre mis piernas hasta llegar a mis testículos, muy mojados, excitándome a cada segundo, intercambiamos un beso profundo con nuestras lenguas, mi señora reclamó diciendo y a mi cuando, Francisca dejó de besarme abruptamente para besar a mi señora y se dedicó a acariciar los pezones de mi mujer mientras se iba sacando su babydoll, mientras tanto mi mujer comenzaba nuevamente a moverse encima de mí y a jadear hasta explotar su jugos encima de mí, después recostándose a mi lado, sin perder tiempo ni separándose Francisca pegada a ella empezó a bajar rápidamente hasta abajo, empezando a chupar su sexo y succionar sus jugos intensamente, lo que provocó una nueva explosión ahora más intensa con casi gritos de placer. Cuando me intento dar vuelta para apreciar todo, Francisca y mi señora al unísono me tomaron mi pene y se abalanzaron sobre él, primero a besarlo, luego a chuparlo y entre ambas me profesaron el mejor mamón en mucho tiempo al cual acababa en sus bocas las cuales peleaban por tomar todos mis jugos, dejándome mi pene limpio y reluciente, no sin antes tragarse hasta la última gota, saltaron en risas, me abrasaron, se abrasaban, se besaban, me besaban como si esto pareciera un juego de niños chicos. Ahora comenzábamos de nuevo pero los favores eran para Francisca. Mi mujer empezó a besar y acariciar a Francisca bajando cada vez mas llegando con su lengua a su clítoris e introduciéndomela en su conchita rosada, jugaba con sus dedos mientras yo le entregaba mi miembro a Francisca preparándoselo, nos estábamos regocijando los tres, mi señora sacó su cabeza de entre las piernas y se recostó al lado mío, dejando sus piernas abiertas para que yo me decidiera a hacer lo que ella mas quería, nunca había hecho algo así, pero mi excitación iba cada vez mas en aumento, le dije a Francisca solo apóyale tu cara en la pelvis mientras yo te penetro, me acomodé, empezando a penetrándole totalmente, era una sensación enorme ella me acariciaba mis pelos y yo introducía mi pene en su concha mientras que mi señora comenzaba a acariciar los senos de Francisca, en instantes teníamos un orgasmo sensacional, tal era mi excitación que bajé la cabeza apoye mi lengua en su boca y comencé a bajar hasta llegar a su clítoris recibiendo todos sus jugos y más luego toda mi trompa en su concha hasta llegue a besarle el orto, ella se empezó a mover muy bien hasta llegar al orgasmo justo cuando yo estaba acabando dentro de la boca de mi mujer. Los suspiros de Francisca eran eternos, el néctar que desprendía mojaba mi lengua, era sabroso y al sentir mi leche en la boca de mi señora me di vuelta y nos dimos un beso saboreando este semen.
Así seguimos intercambiándonos hasta el amanecer, sin darnos cuenta. Ya exaustos y con un poco de frío nos introducimos a la cama, abrigándonos, no habrían pasado 30 minutos cuando de bruces fuimos despertados por nuestros hijos que saltaban felices en nuestra cama y que deseaban salir a jugar.
Por supuesto el resto de la historia ya lo saben, llevamos tres años felices juntos, amamos a nuestros hijos y a nosostros, no podemos estar sin los otros.
De la dieta, esta fue lo mejor de todo el mundo, no ha fallado en nada, en tres años mi señora y yo volvimos a nuestro peso ideal, vamos al gimnasio de 4 perillas todos los días, nuestra glicemia y colesterol están mejor que nunca, ahora los tres tomamos PPG y comemos carne todos los días, salvo por ciertos días que al cabo del tiempo comienzan y terminan los mismos días entre ambas.
sexyhistorias@chile.com
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