Pilaga (1)
Me encontraba de viaje por el interior, con la idea de comprar algunas artesanías llegue a un pueblo pequeño, con pocas comodidades y pocos habitantes, al preguntar por algún taller me indicaron unas ranchadas donde indígenas hacían artesanías. Llegue, me atendió un hombre de edad indefinida, me condujo cerca de un corpulento árbol a la sobra del cual se encontraban varias indias trabajando fibra de Chaguar, empecé a mirar verdaderamente interesado, mi aspecto pueblerino enseguida arranco sonrisas en las mujeres, la mayor de ellas que me explico era la madre de las cinco que allí estaban trabajando me fue guiando y explicando, hasta que llegamos frente a la una de sus hijas, no pude calcular su edad, estaría entre los quince y veinte años, muy alta como todas las mujeres de esa raza, delgada, con rasgos muy atractivos, casi orientales, me sonreía mas que amistosamente, cuando se inclino a mostrarme lo que hacia pude ver sus senos bajo la blusa, parecían pequeños como tazas de café, pero bien duros, como al descuido le agarre la mano y volvió a sonreírme, la madre que me explico, entre nosotras las mujeres elegimos hombres, y mi hija dice que si te quedas esta noche quiere dormir con vos.
Quede preocupado y salí a dar una vuelta para preguntar al maestro de una escuela cercana como era el tema, me confirmo que así, que entre los Pilagas las mujeres pueden elegir con quien se acuestan, volví tarde al taller, para mi sorpresa también oficiaba de dormitorio, había varias hamacas entre los árboles cerca de una fogata que emanaba humo aromático, con desconfianza me acerque a la madre que me indico donde estaba su hija sonriendo, fui hacia el lugar y la encontré higienizándose entre unas ramadas, con unos baldes de agua, quede estupefacto, su cuerpo era perfecto, de piernas alargadas y muy bien torneadas, vientre chato y las dos tetas con unos pezones color cereza oscura, para mi sorpresa no tenia bellos en su concha, le pregunté si se afeitaba, se sonrió y me explico que en su raza son así, lampiñas, hablaba muy poco castellano, me dijo que su nombre era Luna, trate de empezar a acariciarla, pero no me dejo, me indico una hamaca cercana, y llevándome de la mano me condujo a ella, me ayudo a desvestirme y me prepara para una noche de lujuria con semejante hembra. Empecé con caricias y besos, para mi desencanto la hamaca es bastante incomoda para coger, cada vez que empujaba el cuerpo de ella se desplazaba hacia abajo además estaban las otras hamacas cerca que imaginaba espiándonos, soy bien dotado, así que luego de un rato de precalentamiento y chuparla toda, textualmente, (Era verdad no tenia un solo vello en todo el cuerpo) comencé a introducir parte de mi pija, la hamaca seguía cediendo cuando yo empujaba, su vagina estaba apenas húmeda, así que me costo bastante, y creo que algo pude haberla lastimado, no se quejo, me dejo hacer, chupe sus tetas con los pezones que se ponían duros como un pulgar, pero igual por mas que yo estaba muy caliente notaba que algo no estaba bien, seguí cogiendola, y cuando estaba por vaciarme en su concha me di cuenta que mientras yo con una calentura a mil cogia con todo, Luna con sus manos estaba matándome los mosquitos en la espalda, no pude acabar, quede mal defraudado, le pregunte si había gozado y me dijo, “Paisana si, y vos”, casi salgo corriendo, si eso era gozar, me apreté contra su cuerpo, y empecé a pensar que hacer con semejante cuerpo y no poder gozar bien. Después de un rato se me ocurrió la idea, comencé a jugar con ella, metiéndole un dedo en la concha y masturbándola, note que si acariciaba su clítoris casi no tenia respuesta, pero si frotaba los labios de su concha se estremecía, así la tuve casi una hora, en señas le indique que dejáramos la hamaca, ya que además por la posición en ella mi pija se introducía apenas en su concha, salimos de la hamaca y la coloque sobre ella pero de costado, apoyando su vientre en la hamaca y sus rodillas y manos en la tierra, me coloque detrás y comencé a cogerla de esa forma, ahora si mi pija entraba toda y ella se quejaba, pero mi idea iba mas allá, que lubrique bien su concha , ya se había formado una espuma con mi anterior cogida, y con esa lubricación dirigí la cabeza de mi pija al orificio de su culo que estaba expuesto y era de un color rosado intenso; cunado se lo apoye, pego un brinco y se dio vuelta diciéndome “Por allí no, por allí paisana cagar”, sin hacerle caso empuje con fuerza y sentí que la cabeza se deslizaba forzando su esfínter, grito, gimió y lloro, no se que decía en su lengua, pero por mas que querría sacarse, la hamaca la sostenía mas el peso de mi cuerpo, así que de un envión, mande todo mi pija adentro, gritaba como loca y arañaba la tierra, sin hacerle caso, apreté hasta sentir mis huevos contra su culo, y empecé a bombear, ahora si la sentía, notaba que se estremecía, y gritaba, para mas al mirar vi que sus hermanas y su madre estaban levantadas mirando lo que pasaba, pero ya no me interesaba, estaba cabalgándome una diosa, y no desperdiciaría la oportunidad, seguí así hasta que explote en su interior, se lo saque despacio sintiendo su esfínter apretarme, note que le caía leche con algo de sangre, la visión de ese culo perfecto era demasiado, así que mientras mi pija se caía, la arrime a su concha y empecé a rozarla, no entendí lo que decía, pero a los pocos minutos se la puse nuevamente en la concha, y para mi sorpresa ahora si note que gozaba, se apretaba, la seguí cogiendo hasta que sentí su orgasmo y me viene con ella. La ayude a levantarse, y con algún sentimiento de culpa le pregunte si le dolía, me dijo “Culo arde concha caliente” fuimos a la hamaca y ahora su con la cabeza en sus tetas me dormí sin importarme los mosquitos.-
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