Mi poder mental / Capitulo 4

 


Esa misma noche, después de haberme follado a mi madre temprano, por la tarde, ya estaba empalmado nuevamente. En la oscuridad de la habitación, me tocaba estando envuelto entre las sábanas, y me moría de ganas de follarme a mi madre nuevamente, pero ella dormía junto a mi padre en su habitación, y me resultaba un poco complicado el despertarla para poder saciar mis instintos sin que mi padre se diera cuenta. Entonces me di cuenta de que si no había tenido problemas en dominar mentalmente a mi hermana y a mi madre ¿por que habría de tener problemas para que mi padre obedeciera mis pensamientos?


Vistiendo mis calzoncillos y unos pantalones cortos, me acerque sin hacer ruido a la pieza de mis padres. Ambos dormían profundamente. No sabía si podría dominar la mente de mi padre estando él dormido, y no quería despertarlo porque temía que mi poder fracasara con él, y entonces tendría que darle una explicación respecto a que hacía yo en su habitación.


Me acerqué a su cama todo lo que pude y empece a enviarle mensajes mentales a mi padre.


—”Papá, soy yo, Pablo. ¿Me escuchas?”


—”Perfectamente”


Era maravilloso, en el primer intento ya había logrado comunicarme. Luego, con el tiempo, comprendería que es mas fácil dominar a una mente dormida, que no opone ninguna resistencia.


—”Papá, te ordeno que me obedezcas en todo, absolutamente todo lo que te ordene”


—”Si, Pablo”


—”No me llames Pablo, llámame Amo”


—”Si, Amo”


Ahora que ya sabía que mi padre no era una molestia, entablé comunicación con mi madre.


—”Mamá, ¿me estás escuchando?


—”Si Pablo”


—”Quiero que te pongas boca arriba”


Aun estaban los dos profundamente dormidos, pero de todas formas obedecían mis ordenes. Mi mamá, que dormía volteada hacia a mi padre, se puso boca arriba enseguida que se lo ordené.


—”Dime mamá, ¿Que llevas puesto?


—”Mi camisón rosa, Pablito”


—”Quítatelo”


En seguida se lo quitó. Saber que ella estaba desnuda, bajo las sabanas, esperándome, no hacía mas que empalmarme mas de lo que ya estaba. Me pare junto a la cama, y apartando las sabanas, encontré a mi madre y a mi padre, profundamente dormidos. El vestía únicamente un calzoncillo, y mi madre estaba, como se lo ordené, completamente dormida. Me desnudé yo también, y recostándome sobre ella, cubrí nuestros cuerpos desnudos con las sabanas.


—”Bésame, mamá”


Y nos besamos apasionadamente. Sostuve su cabeza con mis manos, atrayéndola hacia mí, y sin pensarlo deje que mi lengua se mezclara con la suya. Luego baje hasta sus enormes tetazas y me quede un rato mordisqueando sus gordos pezones. El hecho de sentir mi polla apoyada entre sus piernas contenía mi excitación, y la tranquilidad volvía a mi cuerpo. Mientras le chupaba las tetas a mi madre, tuve curiosidad por ver como sería cuando mi padre la penetraba. Me corrí a un costado y les ordené mentalmente


—”Mamá, papá, hagan de cuenta que no estoy aquí y follen como lo hacen siempre”


Mi madre le sacó rápidamente los calzoncillos a mi padre, y de un solo bocado se tragó su polla, acomodándose al mismo tiempo sobre él, y quedando el la posición del “69″. Mi padre comenzó a comerse el coño de mamá, y así estuvieron largo rato. Yo, a un lado de la cama, ayudado por la tenue luz del velador, los observaba, admirado y sorprendido de ver a mis padres practicando el sexo oral con tanta experiencia.


Ya no podía mas, sentía que la polla iba a explotarme de un momento a otro. Me subí a la cama y me puse detrás de mi madre, y comencé a meterle un dedito en su culo. Estaba gozando como loca, tragándose entera la polla de mi padre, y sin interrumpirla me acomode atrás suyo y aferrándome a sus nalgas la penetre analmente, muy despacio y con cuidado, pero con la facilidad que me daba el hecho de que estuviera totalmente relajada.

Mi padre no dejaba de comerle el coño, a pesar de tener mis pelotas en el rostro, y eso me daba un morbo enorme.


—”Papá, lámeme los cojones”


—”Si, amo”


Eso fue demasiado. Sentía que iba a eyacular de un momento a otro, y les di la orden de que se vinieran conmigo. Así lo hicieron, y en el momento en que descargué mi leche en el recto de mi madre, ella se convulsionaba al llegar al orgasmo al mismo tiempo que mi padre le llenaba la boca de leche.


Estaba agotado. Realmente agotado. Le ordené a mi padre que se fuera a dormir al living, y que al día siguiente no recordara nada ni le resultara extraño despertarse allí, y que se fuera a trabajar sin entrar a su habitación, así que se llevara su ropa antes de salir de la pieza.


Acomodé mi polla extenuada entre las nalgas de mi madre, y me dormí haciendo “cucharita”, pegado a su cuerpo desnudo.


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