Mi poder mental / Capitulo 3

 


El día siguiente a haber perdido la virginidad follándome a mi madre, estaba aún mas caliente que antes. Fue un día desastroso para mi en la escuela, puesto que tenía mi cabeza en otra cosa, a saber, en todo lo que pensaba hacer con mi madre en cuanto pudiera estar con ella en mi casa.

Normalmente yo llego a mi casa una hora antes que mi madre, pero esta vez en lugar de dirigirme a casa fui hasta su oficina a esperar a que terminara de trabajar. Cuando lo hizo, yo la estaba esperando en la puerta.


—¡Qué sorpresa, Pablo! ¿Qué haces por acá?


—”No hagas preguntas y subamos al auto”— respondí mentalmente.


Subimos al auto y ella condució rumbo a nuestro hogar, y en el camino comencé a darle algunas órdenes de caracter sexual.


—”Subite la pollera”— le indiqué cuando nos detuvimos en un semáforo. Ella obedeció al instante. Quedaban a la vista sus panties, asique le indiqué


—”Bajate las panties y la bombacha hasta las rodillas”— y quedó a la vista su coño peludo. Sin importarme de nada le indiqué que continuara conduciendo con rumbo a nuestro hogar, y mientras tanto yo la masturbaba, metiéndole con cierta torpeza un dedo en su cuevita. Ya no podía más, tenía que acabar en seguida, estaba tan empalmado que esperaba sentir la leche en mis calzoncillos de un momento a otro, así que en cuanto llegamos a casa y pusimos el auto dentro del garage, sin siquiera salir del auto, me bajé los pantalones y le ordené —”Chupamela” y ella se inclinó sobre mi y se metió mi polla en su boca, mamándomela y haciéndome acabar en cuestión de segundos… —”Tragatela toda, te gusta, te gusta tragar la lechita de tu hijo… trágatela…”


Nos arreglamos las ropas y nos bajamos del auto, y dejé libre a mi madre para que preparara la comida, mientras yo miraba un poco de televisión tratando de despejarme de tanta calentura, pero unos minutos después ya estaba en la cocina nuevamente. Ella estaba cocinando, y yo me le acerqué a ella por detrás y le ordené —”Seguí cocinando, quedate tranquila”— al tiempo que le tocaba el culo y elegía una zanahoria de las que ella había lavado para preparar el almuerzo. La hice inclinarse un poquito, le subí la pollera y le bajé las panties y la bombacha, y le separé las nalgas, y apoyándole la punta de la zanahoria en el culo, lentamente se la fui introduciendo. Ella seguía cocinando como si nada ocurriera, evidentemente la tenía tan controlada mentalmente que ni siquiera la afectaba el dolor de estar siendo penetrada analmente. Sin casi interrumpirla de sus tareas, la fui desnudando por completo, sin sacarle la zanahoria del culo, para poder contemplar su cuerpo por completo. Pronto ella termino de preparar el almuerzo, y entonces si le quite el improvisado consolador para que pudieramos sentarnos a comer.


Antes de ir a la mesa, yo también me quité la ropa, y allí estabamos los dos, sentados uno junto al otro, completamente desnudos y almorzando. Con tan solo unos bocados calmé mi hambre, dado que mi verdadero apetito en ese momento era el sexual, y me dediqué a mi madre nuevamente. Había llevado la zanahoria que le había metido un rato antes en el culo, y le indiqué que se la comiera, mientras yo le ponía puré en los pezones y comía directamente de las enormes tetas de mi madre. Una vez que terminamos, ella quiso juntar los platos sucios, pero yo estaba muy caliente como para eso.


—”Inclinate sobre la mesa, apoyá las tetas sobre la tabla sin flexionar las rodillas… separá más las piernas…”—. Ella obedecía al instante mis pensamientos, sin tener yo siquiera que repetirlos. —”Separate las nalgas, abrite la cola con las manos”. Apoyé mi polla sobre la entrada de su cola, y de a poco fui penetrando analmente a mi mamá, mientras le daba cachetadas en las nalgas, que quedaban marcadas con la forma de mi mano. —”Pajeate… tocate las tetas… movete para adelante y para atras, hacé que mi polla entre y salga de tu culo… te gusta… te gusta mucho…”.


No sé si realmente yo podía ordenarle que lo disfrute, pero realmente ella estaba gozando como loca. Tuvo dos orgasmos masturbándose ella misma, mientras yo la sodomizaba, hasta que al fin sucumbí a la lujuria de ese culo enorme, que se movía para adelante y para atrás haciendo que mi polla entrara y saliera con facilidad… le llené la cola de semen, cuando se la saqué pude ver un chorrito de leche que salía de su ano, y pensé que ya que alguna vez había estado en el interior de mi madre, era lógico que volviera a estarlo ahora, aunque sea mi polla y mi esperma.


El resto del día la deje libre, y yo lo pase con mis amigos, ahora mucho mas relajado después de haberme descargado.

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