MI CONSUEGRO 2

 


Si ya leyeron mi anterior relato; nada tengo que agregar… solo que recuerden que somos dos hombres mayores, los dos tenemos 57 años y que para mi fue mi primera experiencia con un hombre, desde ese primer encuentro, mi vida a cambiado totalmente, la disfruto como nunca antes, he descubierto y sentidos cosas que nunca me imaginé que pudiesen existir, por eso les digo a aquello que ya han llegado a la década de los 50, que es en ella en que los hombres comenzamos a vivir.


 


Cada vez que nos encontrábamos con mi consuegro, era en reuniones familiares, por lo tanto nada pasaba entre nosotros, solamente que cuando nos saludábamos, al estrechar nuestras manos él se las ingeniaba para decir en voz muy queda


 


-         Ya va a llegar el momento.


 


Y ese momento llegó, un día el me invitó a su casa, para ver el estudio que había hecho sobre los arreglos que quería hacer en casa (no se olviden que él era arquitecto), cuando llegué a su casa y me abrió la puerta, otra vez me sorprendió, vestía solamente una bata, atada a la cintura que dejaba ver su pecho velludo y por debajo sus musculosas piernas como jugador de fútbol.


 


-         Esta es la indumentaria de un profesional para recibir a un cliente – le dije


-         No, es la de un consuegro, que ahora se transformó en amigo y amante.


-         Jajaja, sobre todo en amante.


-         Si mi amor seremos siempre amantes.


-         Sabes me gusta más eso de amor que lo de papito que me decías antes.


 


Poco más duró nuestra charla, tal como cerró la puerta desató su bata, ésta calló al piso y ante mi estaba parado, totalmente desnudo, el oso más hermoso que podía existir, las canas de las sienes de esa cara que se aproximaba a la mía, la hacían ver de una belleza varonil tremenda, pronto su boca buscó la mía, ahora ya no la apretaba, la abría para recibir dentro la lengua mas sabrosa que existe, nos besamos con una pasión que nunca había sentido, yo solo llevaba puesto un pantalón y una camisa, sus dedos comenzaron a desabrochar uno a uno los botones de ella, su boca besaba cada pedazo de piel de mi pecho que iba quedando al descubierto, cuando cayó al piso comenzó a bajarme el pantalón y junto con él el boxer, los dos desnudos completamente nos miramos y volvimos a nuestras caricias y besos.


 


-  Te noto tenso que te pasa – me dijo


-         Tengo miedo.


-         Miedo de que.


-         De esos 15 cm de circunferencia y 23 cm de largo.


-         No lo tengas mi amor, se que me darás tu virginidad anal, verás que poco a poco, suavemente serás mío y me pedirás más.


 


Tomados de la mano nos fuimos a sentar en un amplio sillón del estar, nuevamente comenzaron nuestras caricias y besos, yo lo besaba detrás de la orejas, bajaba por su cuello lamiendo y besando, él levantó sus brazos y me lengua fue rauda a lamer sus axilas y saborear el sabor acre de macho que desprendían, cada beso y lamida mía le hacían suspirar.


 


-         Mi amor para ser virgen, totalmente novato sabes hacer a un hombre muy feliz. – me dijo


-         Solamente hago lo que siento.


 


Seguí besando su velludo pecho, mi lengua separó los vellos que cubrían sus pezones, se los chupé y lamí como queriendo hacerles salir algo de dentro de ellos, él sentado con sus piernas abiertas colgando un enorme pedazo de carne entre ellas, me hacía excitarme cada vez más, me arrodillé delante de él y con mi boca fui besando y lamiendo cada una de sus piernas, llegué a sus pies y le chupé los dedos uno a uno, él no paraba de gemir, al volver con mis besos arriba, ya un tremendo sable rematado con una roja manzana, se erguía entre un matorral de pendejos, le metí la lengua en la raja de su cabezota, unas gotas deliciosas al paladar se desprendía de ella, se la lamí toda alrededor y comencé a lamer a lo largo ese esplendoroso espécimen de verga.


 


-         No me la chupes más mi amor, que me vas hacer acabar y a nuestra edad más de un polvo es una excepción jajajaja. ponte de rodillas en el sillón y apoya tus brazos sobre el respaldo.


 


Así lo hice y mi culo quedó a su vista para lo que el quisiese, pronto sentí como sus dedos separaban mis nalgas, sus dedos hurgaban en mi esfínter, luego sentí el calor de su lengua cuando me penetraba, era una lengua dura, caliente y húmeda, me la entraba y sacaba, cuando me la tenía dentro la hacía girar como queriendo saborear cada pedazo de mi carne interior, yo ya estaba en la nubes, era mi primera vez y lo que sentía nunca antes lo había experimentado, solamente quería que ese momento no acabase nunca, comenzó a meterme un dedo, lo giraba dentro dilatándome, luego sentí algo más grueso, supuse que serían dos dedos.


 


-         Viste mi cielo que no tenías que tener miedo, ya tienes 4 dedos dentro y no te haz quejado.


-         ¿Cuatro dedos? Me estás desvirgando.


-         Aun no, pero está llegando el momento.


 


No sentí más nada en mi culo, de reojo vi como el se untaba la verga con una crema, también se untaba los dedos y me los metía en el culo dejándola dentro.


 


-         Ya lo tienes bien dilato y lubricado, ahora vas a ser mío.


 


Diciendo esto apoyó su cabezota en la puerta de mi culo y empujo.


 


-         Ayyyyyyyy


-         Aguanta solo a entrado la mitad de la cabeza.


-         No se si podré aguantar, para


 


No hizo caso, empujó nuevamente y tuve toda su cabezota dentro, de mis ojos cayeron unas gotas de lágrimas, el dolor que sentía eran tremendo, me mordí los labios para no gritar.


 


-         Viste como se aguanta, ya va ir pasando.


 


Otro empujón y mis entrañas comenzaron a abrirse para dejar paso a la tremenda verga de mi consuegro, el dolor era insoportable, sentía como mi carne interior se iba abriendo para poder dar paso a esa mole que me estaban metiendo, poco a poco el dolor cedió, de una arremetida sentí como sus tremendos huevos golpeaban a la puerta de mi culo, el comenzó a entrar y a salir, ahora si que disfrutaba, estaba siendo cogido por un macho tremendo, cada vez con más ímpetu sentía sus arremetidas.


 


-         No me la saques nunca mi vida. - le dije


-         Así será de ahora en adelante, así estaremos juntos, así te cogeré y así me cogerás.


-         Dame más, más, más


-         Todo lo que quieras mi amor


 


En un momento dado solo pude decir


 


-         Voy a acabar


-         Yo también


 


Sin siquiera tocarme mi verga esta comenzó a largar chorros de leche que traté que cayeran en la palma de mi mano, al mismo momento sentí una ardiente quemazón dentro de mí, mi consuegro había comenzado a largarme su leche dentro de mi culo, cada chorro que largaba me hacía tocar el cielo con las manos, si me había hecho ver las estrellas cuando me la comenzó a meter, ahora que acaba me estaba haciendo flotar en el cielo.


 


-         Ven vamos pronto al baño


 


Rápidos nos metimos en el duchero, sobre mis piernas sentí como una cosa espesa resbala por ellas, al mirar una viscosidad entre blanca y rojiza corría sobre mi piel, mezcla de leche de mi hombre y sangre de mis entrañas.


 


-         No te preocupes que pronto estarás bien, cualquier cosa yo tengo un amigo intimo que te curará.


 


Nos comenzamos a enjabonar, a mi me vinieron unas ganas fuertes de orinar, me daba vergüenza, pero al no poder aguantar más comencé a largar el chorro, él entonces tomó mi verga con sus manos y dirigió el chorro que largaba sobre su cuerpo.


 


-         Esto si que me gusta, tu caliente líquido dorado sobre mi cuerpo, aguanta un poco no lo termines y métemelo en el culo.


 


Diciendo esto se dio vuelta y el mismo se metió mi verga semi muerta en su culo y yo largué mi último chorro de orina dentro de él.


 


-         Ahora me toca a mí, pero no te lo meteré dentro del culo porque te va a arder.


 


Se tomó lo verga con su mano y comenzó a mearme de arriba abajo, era un calor totalmente distinto al del agua que salía por la regadera, era una sensación única, nunca lo hubiese creído, sentir su líquido dorado resbalar por cuerpo era lo máximo, cuando terminó de orinar no se que pasó por mi cabeza, me agaché y lamí su verga de ella aún se desprendía gotas de un acre sabor, lamí, lamí y lamí aquel nuevo sabor que mi macho me esta proporcionado.


 


Luego de vestirnos, volvimos a besarnos y como no habíamos llegado a ninguna resolución sobre el trabajo que haría en casa, quedamos en citarnos nuevamente para ver que arreglos se harían.


 


Si seguimos así creo que mi casa nunca cambiará, pero una cosa cambió, ya mi consuegro no es el ser más repugnante del planeta, ahora es el ser más maravilloso que conozco.


 


Y como dice un buen amigo: “También a nuestra edad sentimos deseos, sentimientos, emociones, etc., pues ello no es patrimonio exclusivo de alguna generación o género; lo importante es agradar y sentirse agradado, hacer feliz a los demás siendo feliz consigo mismo y con su pareja habitual u ocasional”


 


 


Veteranos: La vida comienza después de los 50, disfrútenla.


 


Cayetano - cayetano85@hotmail.com

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