MI CONSUEGRO 1

 

Soy de Montevideo, Uruguay, hace ya dos años un hijo mío contrajo matrimonio con una encantadora joven, desde hace unos meses soy abuelo, esto no me hace más viejo, al contrario a mis 57 años me siento en la plenitud de mi vida, tanto física como mental y sexual.

 

Solamente que cuando nació mi nieto tuve unos días que lo pasé muy mal, todo por culpa de mi consuegro, el padre de la esposa de mi hijo, en aquel momento lo creía el ser más repugnante del planeta, el bebé parecía que fuese producto solo de su hija, que mi hijo no hubiese tenido nada que ver en su procreación.

 

Cada vez que nos encontrábamos me decía

 

-         Viste el bebé se parece a mi, es mi vivo retrato, mis mismos ojos, mis mismas manos, si hasta la verga es igual a la mía; jajajaja.

 

Claro… igual a la de él, como si mi verga o la de cualquier hombre no fuesen iguales, unas serán mas grandes que otras, más cabezonas que otras, más gruesas que otras, pero en esencia son todas iguales.

 

Teniendo que hacer unos arreglos en casa y siendo él arquitecto un día lo llamé para ver que era lo que se podía hacer, a la tarde siguiente lo tuve en casa, no mas abrir la puerta me sorprendió la vestimenta, tenía puesto un short y una musculosa, bueno yo también estaba vestido así, pero estaba en mi casa.

 

-         Estas son ropas de vestir de un arquitecto al hacer una visita de trabajo –le dije.

-         Ésta no es una visita de trabajo, es una visita a un amigo que necesita de mis servicio – me contestó

-         Ok. tienes razón, jajaja…

 

Comenzamos a charlar sobre lo que yo quería arreglar y entre charla y charla nos tomábamos unas cervezas, de repente me dijo.

 

-         Viste que grande que tiene el pito el bebé, lo va a tener tan grande como mi verga.

-         La verdad que no le he mirado mucho el pito y como tampoco nunca he visto tu verga, mal puedo decir que lo tiene grande o que lo va a tener  como la tuya jajaja.

 

No bien terminé de decir esto el loco se bajó el short y sacó una tremenda verga para fuera, yo quedé paralizado, nunca me hubiese imaginado una situación así.

 

-         Porqué pones esa cara, nunca viste una verga.

-         Si he visto pero de ese tamaño nunca.

-         No te decía yo que la tenía grande jajaja.

-         Si, grande pero no tan grande, si así es muerta lo que debe ser cuando la tienes parada.

-         Mira parada me mide 15 cm. de circunferencia, como un frasco de antisudoral y 23 cm. de largo y en cuento a mis huevos, capaz que no te entran en la palma de tu mano jejejeje.

 

Mientras se reía, se quitó la musculosa y el short, se quedó en bolas delante de mí, aunque tenemos la misma edad, él siempre cuidó su físico, cosa que yo no he hecho, por lo tanto el cuerpo que tenía delante era todo músculo, cubierto totalmente por un vello oscuro, lo que se dice el cuerpo de un verdadero oso.

 

-         Vamos hombre no te quedes mirando, prueba a ver si un huevo mío cave en la palma de tu mano.

-         Estás loco de remate.

-         Me vas a decir que nunca tuviste nada con otro hombre.

-         No nunca.

-         No sabes lo que te pierdes.

 

Y diciendo esto se acercó a mi, me abrazó y me comenzó a besar en la boca, poco a poco fui cediendo y mis labios que mantenía apretados se fueron abriendo y él me introdujo su lengua hasta la campanilla, comencé a sentir un sabor nuevo, un placer nuevo, un cosquilleo en todo mi cuerpo que nunca había sentido, pronto le estuve chupanto la lengua, él con toda su experiencia me desnudó rápidamente, una vez que estabamos los dos en bolas, volvió a abrazarme y a refregarme su verga contra la mía, en esos momentos ya comenzaba a parárseme.

 

- Veo que te gusta, papito.

 

Y comenzó a bajar con su cabeza recorriendo mi pecho con su boca, al llegar a mis tetillas las comenzó a lamer y a mordisquear, una ola de placer me inundaban y comencé a suspirar.

 

-         Suspira papito, suspira, pero deja alguno para más adelante.

 

Siguió besando mi pecho y fue bajando hasta mi ombligo, allí metió su lengua dentro de el y me comenzó un trabajo de chupar y lamer que casi me hace acabar, siguió bajando, se arrodilló delante de mi y se llevó me verga a su boca, no lo podía creer, se metió mi cabezota dentro y con su lengua la lamía alrededor dentro de su boca, después puso su manos por detrás de mi, sobre mis nalgas me introdujo un dedo en el culo y empujó hacia delante, de un golpe se tragó me verga, sentí como le atravesaba más allá de la campanilla, el mismo con sus manos sobre mi culo llevaba el ritmo de entrada y salida de mi verga en su boca.

 

-         Vamos a dejar aquí sino me vas a acabar dentro de mi boca y quiero que me acabes dentro de mi culo, vení chupamela ahora a mí - dijo

 

Y diciendo esto acercó su cabezota morada y del tamaño de una ciruela gigante a mi boca, apenas la pude meter dentro, de repente mi boca estaba llena de un pedazo de carne caliente que dejaba caer unas gotas que a mi paladar le resultaron deliciosas, como no podía meterme más dentro, se la saqué y comencé a lamer todo a lo largo, mi lengua le comenzó a trabajar en el frenillo.

 

-         Papito eso, así se hace y eso que decís que nunca lo hiciste

-         Ahhhhhhhhh.

-         Ahora por detrás papito… por el culo.

 

Diciendo esto se puso en cuatro patas y me ofreció un culo lleno de pelos, con mis manos separé sus nalgas buscando el orificio, pero éste estaba oculto en una selva de vellos, acerqué mi boca y con mi lengua fui buscando dentro de ese vellón el orificio de su culo, cuando lo encontré se lo comencé a lamer y a introducir mi lengua en el.

 

-         Dale así papito, lubrícamelo bien.

 

Yo le seguí metiendo lengua y junto con ella le fui introduciendo de a uno mis dedos.

 

-         Seguí así, méteme todos los dedos que mi culo está acostumbrado.

 

Yo ya estaba fuera de mi, besaba y chupaba ese culo como si fuera lo último que fuese hacer, le metía los dedos de a uno, de golpe los junté todos, y se lo metí, empujé y hasta los nudillos de mi mano entraron en ese culo que mi consuegro me estaba ofreciendo, el calor que siente una mano dentro del culo de alguien es muy especial, esa temperatura y la suavidad que se siente dentro en ningún otro lado se da.

 

No dando ya más saqué mi mano y comencé a meterle mi verga, entró fácilmente hasta que mis huevos chocaron con la puerta del culo, ahí comencé a bombearlo, cada vez que se la metía él apretaba el culo, mi verga ardía dentro de él, hasta que comenzó a largar el chorro de leche que nunca creía que podría largar, de golpe antes que el último chorro saliese, él se la sacó, se dio vuelta y el chorro fue a parar dentro de su boca.

 

-         Quiero tener tu leche en mi culo y en mi boca papito – dijo.

 

Me lamió la verga con su lengua que lamía y lamía ese entrevero de semen, hasta dejarmela limpia.

 

Como las horas se pasaron y se estaba haciendo hora de que mi señora llegase del trabajo, le dije que lo mejor sería que nos vistiéramos, no sin antes el decirme.

 

-         La próxima vez seré yo el que te la meta.

 

Eso es para otro relato.

 

Y como dice Rodrigo: “También a nuestra edad sentimos deseos, sentimientos, emociones, etc., pues ello no es patrimonio exclusivo de alguna generación o género; lo importante es agradar y sentirse agradado, hacer feliz a los demás siendo feliz consigo mismo y con su pareja habitual u ocasional”

 

Veteranos la vida comienza después de los 50, disfrútenla.

 

 

Cayetano - cayetano85@hotmail.com

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