Embarazada de 19 años va al ginecologo
Julieta entró en la consulta del ginecólogo con algo de nerviosismo, era su primer embarazo y aún era una chica joven de solo 19 años. El doctor la hizo sentar en la camilla y comenzó su revisión habitual. Al principio todo fue normal, el ginecólogo revisó su barriga, su presión arterial y le hizo algunas preguntas sobre su estado de salud. Pero entonces sus manos comenzaron a deslizarse por sus piernas, subiéndole la falda poco a poco. Julieta sintió cómo su cuerpo se ponía caliente y su corazón latía con fuerza. El doctor justificó sus acciones diciendo que era parte de la revisión, que tenía que tocar sus muslos para comprobar algo así como el flujo sanguíneo o algo técnico que Julieta no entendió del todo. Lo cierto es que sus manos expertas y su tacto firme le estaban haciendo mucho efecto. Sus manos la toqueteaban cada vez más cerca de su centro de placer, y Julieta sentía cómo sus intimidad se humedecía. El ginecólogo sonreía para sus adentros, disfrutando de la situación que