¿Por qué los hombres pierden totalmente la cabeza por un par de tetas?
—¿Por qué los hombres pierden totalmente la cabeza por un par de tetas? Es algo que siempre me ha llamado la atención—se quejaba Laura a su mejor amiga, mientras se probaba un vestido ajustado ante el espejo. Su amiga sonreía picaramente, sabiendo perfectamente a qué se debía esa obsesión masculina. —Pues causado, nena, ¡tú también tienes un par de motivos de envidia! Recuerdo la primera vez que nos besamos, fue lo primero a lo que fueron mis manos. Y no fue una excepción—afirmó con una pícara mirada. Laura estaba algo molesta por aquella situación, siempre había querido saber el motivo de tanta fascinación. Su amiga decidió explicárselo mientras se sentaban en el sofá. —Verás, para los hombres es como... un imán, un reclamo irresistible—dijo su amiga mientras le tocaba un pecho con cuidado— Los pechos de una mujer son como un manjar celestial, algo que los hombres quieren saborear y tocar sin parar. Y si además son grandes y seductores como los tuyos... uy uy uy... Laura se sonrojó